La Sencillez


 En este mundo en el que todo se vuelve cada vez más complejo y complicado, la sencillez se esta convirtiendo en uno de los valores clave para sentirnos mejor. Esta sociedad nos impone demasiadas leyes, demasiadas normas, instrucciones o requisitos que cumplir. Su complejidad nos perjudica a todos, sin embargo siempre suele haber una forma mucho más sencilla de hacer las cosas si realizamos el esfuerzo de buscarla. Las leyes no están hay para cumplirlas al pie de la letra, sino simplemente para tenerlas en cuenta. Así que eres tú y solo tú la persona encargada de elegir y crearte una vida sencilla o complicada.

 La complejidad, al igual que la ansiedad o la frustración  provoca estrés, por lo que no tiene sentido hacer las cosas complejas cuando pueden ser sencillas. Es más, aunque no siempre exista la posibilidad de que haya una forma más simple de hacer las cosas, vale la pena hacer un esfuerzo creativo para intentar hallar un enfoque más sencillo, que puede ser válido para otra situación.

 Con la práctica y con el tiempo te convertirás en alguien que toma decisiones y emite juicios de una forma menos compleja; sabrás con más facilidad en qué debes centrarte y que debes ignorar. De esta manera dejarás  de lado la complejidad de las cosas acostumbrándote a su simplicidad.

 A la mayoría de las personas le resulta muy difícil establecer sencillez en sus vidas como un valor clave, y es que a la civilización parece resultarle incómodo simplificar el pensamiento; y da la sensación de que disfrutan complicándose la vida. Las mentes de estas personas están siempre ocupadas con la dificultad porque la simplicidad es mucho más difícil de conseguir, ya que es necesario ver qué hay  detrás de ella,  requiere conocerse bien a uno mismo y a su entorno, y renunciar a otros valores.

 Un ejemplo claro son los niños, que con su sencillez pueden entender su entorno mucho mejor que los adultos precisamente porque se preocupan de mirar más y pensar menos, e intentan hacerlo todo de la manera más sencilla posible y sin preocupaciones.

 Lo que hay que tener en cuenta es que si no definimos la sencillez como prioridad, no la encontraremos, y que solo establecida como un valor clave podremos mejorar en esa dirección. No hay que pensar que sólo se puede conseguir con grandes cambios, sino que también se puede conseguir con pequeños cambios en las cosas pequeñas.

 Muchas de las complicaciones que sufrimos en nuestra vida cotidiana desaparecerían al simplificar nuestro enfoque, ya que cuando todo está claro, la sencillez resulta ser una herramienta muy poderosa. En definitiva, para nuestro bienestar hay que dejar de ir por el camino más complicado, porque recorrer el camino de la vida puede resultar mucho más gratificante si experimentamos su sencillez. Recuerda que muchas personas son felices porque han aprendido a simplificar sus vidas.

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