La Conciencia iluminada


 Buscar la iluminación es buscar tu ser verdadero, pero no consiste en una búsqueda, sino en algo que hay que vivir; ya que es el estado más atento y más natural de la existencia, es un estado de conciencia en el que se puede ver con claridad. Los iluminados pueden ver la realidad y se llenan de gozo, pueden ver el todo y dejan de ver las partes, y no paran de reír porque pueden ignorar las apariencias por las que todos tanto nos preocupamos; cambian de enfoque para mirar mejor y no ven las situaciones desde el punto de vista del ego, sino que observan desde el alma. Si se observa con claridad se puede ver lo absurdo de muchas situaciones que preocupan a la mayoría y que les hacen llorar y sufrir sin motivo.


 En este mundo de objetos donde las personas viven sus vidas deseando cosas materiales que aún no tienen y donde esas cosas materiales nos dejan ciegos actuando como niños con sus juguetes, hay también un deseo generalizado de trascendencia. Esa trascendencia es la iluminación, pero no es una cosa ni tampoco ningún misterio, simplemente es un estado de conciencia más elevado que permite darse cuenta como funciona la realidad y que permite ver su sentido. Esta posibilidad que antiguamente sólo tenían los sabios y los profetas, puede estar ahora al alcance de todos porque es un proceso natural; sin embargo son pocas las personas que lo logran ya que requiere ir más allá de las experiencias cotidianas.
“Tu hogar es un lugar de profundo amor, tranquilidad y alegría”   
                                                                                 Deepak Chopra

 La felicidad cotidiana sólo nos da un pequeño bocado y nos deja con ganas de más. Así pues, la felicidad es el comienzo de un viaje que busca una satisfacción más elevada. A medida que el hombre avanza en la comprensión de la naturaleza, cada día más personas quieren llegar a este estado de conciencia en el que la mente se transforma y es increíblemente sensible y poderosa como medio de conocimiento. Los deseos incumplidos producen a veces en nosotros un desequilibrio entre como queremos que sean las cosas y como son en realidad; y el apego a las cosas es la barrera más importante para nuestro desarrollo espiritual. Un estado mental sin deseos, codicia, venganza u odio es la paz interior que necesitamos para llegar a la iluminación y sentirnos libres.

 Las personas que alcanzan estados de conciencia elevados experimentan satisfacción completa y duradera. Es la misma sensación de plenitud que se siente cuando experimentamos la felicidad de estar en paz con nosotros mismos y que aunque estemos solos nos sentimos acompañados y protegidos. No es necesario salir a buscar la iluminación, sólo se necesita quietud y soledad. Pero cuidado, este estado desaparece cuando volvemos a creer y a sumergirnos en las ilusiones externas.


Para saber si uno ha logrado una conciencia iluminada sólo basta con observar si se cumplen nuestras verdaderas necesidades, porque cuando alcanzamos la paz y el equilibrio, el mundo también se vuelve pacífico y equilibrado, y el pensamiento se torna mágico. No es necesario ningún esfuerzo, sólo hay que estar atento y consciente; el miedo dejará de tener sentido y podremos darnos cuenta de lo simple que es la vida.
 

Tener Libertad


 El mayor misterio que se conoce es la vida misma, un misterio que hay que vivir. Nunca hay que dar la vida por segura, sino que ha de ser creada, y sólo puede ser creada eligiendo libremente, eligiendo por ti mismo. Probablemente cometas errores y equivocaciones, pero no hay que preocuparse por nada, ya que esos errores forman parte del crecimiento, de tu evolución personal. Llamamos experiencia a la acumulación de errores, uno sólo aprende y vuelve al camino correcto cometiendo errores. Por tanto, la única manera de tener libertad es dejar de pensar como los demás y empezar a pensar por ti mismo, aunque te equivoques.


 Todo ser humano nace como ‘libertad’, lo que quiere decir que depende de ti en lo que te conviertas o no te conviertas, es tu propia creación. En realidad, cada momento te estás creando a ti mismo. Mucha gente cree en el destino, pero el destino es como una prisión, es como estar encadenado. Si no crees en el destino toda la responsabilidad será tuya, tendrás la libertad de elegir y de  ser responsable de ti mismo. Por supuesto que a mucha gente le asusta ser libre, y es que la libertad es arriesgada porque nunca sabes cual será el resultado. Pero es que la vida es eso: una aventura, una exploración y un descubrimiento.
“Llamamos destino a todo cuanto limita nuestro poder”   Ralph Emerson
                                                
 La historia, la economía, la política, la religión, la sociedad… Cualquiera de estas fuerzas externas coinciden en una cosa: en que no somos libres. Pero somos absolutamente libres, y no debemos eludir esa responsabilidad. Cuanto antes lo aceptes, antes podrás empezar a crearte a ti mismo, y en cuanto te creas a ti mismo surge una gran alegría.


 Cuando te has completado a ti mismo de la forma que tú has querido te inunda una gran satisfacción, surge una inmensa paz y felicidad en tu corazón al sentir que has participado en tu propia existencia. Únicamente hay que recurrir a la creatividad, sólo a través de ella participas en esta creación de ti mismo.
“De creer a crear sólo hay una letra de diferencia”   Anónimo

 No te conformes con ser un observador, tienes que participar en tu vida de alguna forma, sólo así ‘saborearás’ su misterio. Crear un cuadro no es nada, crear un poema no es nada, o crear música no es nada comparado con tener la libertad de crearte a ti mismo, con crear tu conciencia. La libertad te ofrece la oportunidad de caer por debajo de los animales o de  elevarte por encima de las nubes.


 Libertad significa básicamente que eres capaz de elegir lo correcto o lo erróneo y así elevarte en conciencia, elevarte en el mundo de la verdad y la felicidad. Siempre que existe libertad irrumpe el caos, pero merece la pena porque de ese caos también nacen mejores personas. Crece en conciencia, crece en libertad y elige cada paso que des. Conócete y créate a ti mismo.

La Intuición


 La intuición, más conocida como el “conocimiento divino”, es un sentido que estamos perdiendo de no usarlo, pero que aún podemos recuperar si lo trabajamos. Es un proceso por el cual se obtiene y se interpreta información en respuesta a nuestras preguntas y que no tiene nada que ver con la memoria, la experiencia, los sentimientos o las ideas. Recuperar esta facultad que muchos tenemos dormida en nuestro interior es muy importante porque nos puede abrir las puertas a muchas otras posibilidades en nuestras experiencias. Sólo debemos tener en cuenta que nuestra intuición es mucho más efectiva y se desarrolla más fácilmente cuando alcanzamos unos niveles de conciencia superiores, de este modo se puede aplicar de manera consciente.


 Son muchas veces en las que la intuición accede a nuestra mente para advertirnos de que algo no funciona bien. Normalmente lo solemos llamar ‘tener una corazonada’ o ‘tener un presentimiento’, pero en realidad se trata de una experiencia que está relacionada con la conciencia superior. Estos destellos nos llegan de manera más o menos clara y muy ocasionalmente, pero a medida que trabajemos y confiemos más en ella, esos ‘contactos’ serán mucho más frecuentes y duraderos. Simplemente es un sentido que tenemos menos desarrollado que los otros, sólo hay que estar preparado para captar su presencia y no dejar que el sentido lógico la distorsione.
“Confiar en la intuición es actuar sin el apoyo de la lógica, el sentido común o la razón”        Laura Day

 Nuestra mente no está preparada ni ha sido educada para creer en la intuición, por lo que no debemos preocuparnos cuando atendamos a ella en si nuestras impresiones son correctas o incorrectas, ya que esas impresiones forman parte de otro nivel mental más lógico y racional. Es decir, cuando confiamos en la intuición no hay que preocuparse de si las impresiones que recibimos tienen o no sentido, simplemente hay que estar abierto a ella.


 Como es un don natural, no debemos forzarnos en recibirla, sólo hay que aprender a controlar la atención, ser conscientes de nosotros mismos, y por supuesto, vivir el presente. Aunque a veces el mensaje intuitivo no nos funcione, no quiere decir que no sea correcto, puede ocurrir que simplemente nos hayamos equivocado en interpretar la información.

 Ser inteligente es utilizar la inteligencia universal, y ésta se comunica con nosotros de forma directa a través de la intuición. Cuando tengamos un presentimiento no deberíamos ignorarlo como de costumbre hacemos, sino que deberíamos prestarle atención y actuar de inmediato, porque probablemente sea el momento propicio para la acción.  Desarrollar esta costumbre tiene múltiples beneficios, sobre todo cuando empiecen a multiplicarse las coincidencias, ya que descubriremos los fallos y las oportunidades en todos nuestros razonamientos o experiencias. Siendo personas intuitivas encaminaremos nuestras vidas hacia un destino mejor y sin duda viviremos en un nivel de consciencia superior.
 

La Percepción

"Estamos encadenados a nuestras formas de pensar y percibir"
                                                                            F.M. Alexander

 Para una mayor comprensión y calidad de vida es muy importante percibir correctamente los mensajes o señales que recibimos a diario en lugar de malinterpretarlos o no verlos siquiera. Es decir, interpretar de la manera más correcta posible las emociones, los estados de ánimo o los procesos interiores de las personas que tratan con nosotros para poder entender y disfrutar a fondo nuestras experiencias. Por desgracia nadie nos enseñó en la escuela ni en nuestra casa a percibir correctamente, pero como cualquier capacidad que tenemos, puede entrenarse y así mejorar de manera positiva nuestras vidas.

 Percibir es algo que generalmente realizamos de manera inconsciente y espontánea, y puede variar dependiendo de cada persona. Teniendo en cuenta que la mayor parte de la comunicación humana se efectúa mediante el lenguaje corporal… emitimos, percibimos e interpretamos esos ‘mensajes corporales’ de manera inconsciente. Puede que a veces acertemos en la interpretación, pero también muy a menudo cometemos errores y surgen los conflictos. Por eso hay que tener cuidado cuando se establece una relación entre dos o más personas, porque lo verdadero no sólo puede ser lo que opinemos o digamos, lo verdadero a veces también puede ser lo que se entienda o se interprete.

 A los seres humanos nos gusta relacionarnos, realizar actividades en común, establecer vínculos afectivos, tener pareja, tener amigos, entender a otras personas y que ellas nos entiendan, etc. Entonces, para que nuestros esfuerzos por conseguir una vida armoniosa y feliz no fracasen debemos entrenar y agudizar nuestra percepción; así podremos reconocer los distintos estados de ánimo o los cambios que se producen al relacionarnos con los demás y veremos la realidad tal y como es. Cualquier relación será más pura y placentera si interpretamos correctamente los signos de la persona con la que tratemos, y también reconoceremos sin esfuerzo las emociones o sentimientos que nuestro mensaje despierta en esa persona.

 Nuestra falsa identidad (el ego) necesita estar a cargo de nuestras emociones, y de esta manera es como controla nuestra percepción. A veces consigue que veamos cosas para sentirnos mal donde no las hay; por ejemplo, si nos identificamos con una personalidad depresiva, se generará una percepción que anulará todo lo positivo y agradable de la vida para sustituirlo por lo negativo. Por eso la persona deprimida no ve nada ilusionante, porque su percepción se encarga de teñirlo todo de negro; su percepción solo le deja ver aquello que le disgusta y no deja espacio en su mente para aquello que le gusta. En resumen: Si queremos ser felices debemos agudizar nuestra percepción, de lo contrario ésta nos amargará nuestra existencia.

Dormir Bien

 Dependiendo de cada persona, generalmente el cuerpo y la mente necesitan entre seis y nueve horas de sueño para autorepararse y ponerse a punto. Está comprobado que después de pasar una noche sin “pegar ojo” nuestra calidad de vida se resiente. Por ejemplo, bajan las defensas, la grasa se acumula en las arterias, aumenta la predisposición al sobrepeso, influye en nuestro estado de ánimo (nos volvemos irritables), nos cuesta controlar las emociones, tomamos decisiones inútiles y negativas; e incluso la hipertensión, la ansiedad y la depresión están relacionadas con la falta de sueño. En definitiva, no dormir bien perjudica seriamente la salud.


 Dormir bien contribuye a un uso más eficaz de nuestros recursos energéticos, nos sirve para recuperarnos de los recursos agotados durante el día. De hecho, mientras dormimos, nuestros músculos crecen, las funciones del sistema inmune se restauran, se libera la hormona del crecimiento en los niños, se restablecen los almacenes de combustible en nuestras células, el cerebro borra o suaviza las emociones dolorosas, se ralentiza la respiración y el ritmo cardíaco, los recuerdos se conectan y se integran, los factores del estrés permanecen temporalmente desactivados… Resumiendo: Un buen reposo nocturno hace que nuestra capacidad de respuesta durante el día sea óptima.

 Aunque creamos lo contrario, dormir con la tele encendida aumenta el riesgo de caer en depresión. Gracias a un estudio realizado se observó que el brillo que emitido por la televisión encendida en una habitación a oscuras modifica la morfología de las neuronas y reduce la comunicación entre ellas. De hecho, exponernos continuamente a pantallas luminosas justo antes de ir a dormir también aumenta el riesgo de sufrir insomnio. El insomnio se diagnostica cuando somos incapaces de dormir seis horas diarias como mínimo durante tres meses. Generalmente se elimina con medicación, pero hay maneras más saludables de hacerlo, como por ejemplo exponernos más tiempo a la luz natural del día o practicar ejercicio aeróbico de 20 a 40 minutos cuatro veces por semana.

 Lo ideal es dormir lo que te pida el cuerpo y cuando te lo pida, pero como esto a veces no puede ser, debes mantener un equilibrio. Sólo ten en cuenta que dormir menos de cinco horas diarias aumenta el riesgo de sufrir diabetes, infarto o algún tipo de cáncer; y que descansar demasiado implica oxidarse (dormir más de la cuenta nos atrofia y nos oxida).

 Los expertos coinciden en que no dormir las horas adecuadas (entre seis y nueve), acelera el deterioro mental y propicia que cometamos errores reduciendo nuestra atención y concentración. También están de acuerdo en que hacer una siesta de unos 20 minutos ayuda al corazón a recuperarse del estrés reduciendo la tensión arterial y el riesgo de infarto. Incluso dormir el tiempo adecuado hace que tengamos un aspecto más atractivo y saludable. Así que, como casi siempre, sólo de nosotros depende tener una mayor calidad de vida. ¡Felices Sueños!