Uno de los problemas
que más afecta a nuestra sociedad es la carencia emocional. Esta carencia es la
raíz de toda la violencia que vemos a nuestro alrededor, nos hemos olvidado de
los sentimientos y las emociones. Saber controlar nuestras emociones nos
permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento sin necesidad
de llegar a discutir o pelearse, tendremos un mejor control del estrés y nos
aportará pensamientos más positivos. Evitaremos esa ansiedad social.
Las emociones pueden
hacer que disfrutemos más de la vida, pero también pueden hundirnos en el más
profundo vacío. No se trata de tener solo emociones tranquilas, sino de saber
manejarlas para favorecer nuestro desarrollo personal. La felicidad, la
vergüenza o la culpa, entre otras, son emociones que no se pueden eliminar de
nuestro cuerpo, forman parte de nuestra biología, pero es mucho más cómodo y
placentero si aprendemos a controlarlas. Por ejemplo, la mejor manera de
contrarrestar una emoción negativa es tener una emoción positiva aún más
fuerte.
Nuestras emociones
nos ayudan a decidir y a convivir, por eso es tan importante no quedarnos
atrapados en ellas. Cuando somos víctimas de las emociones, también pasamos a
ser víctimas de los demás. Por tanto, si identificamos cualquier emoción desde
el primer momento, conseguiremos dominarla, y de esta manera, si es una emoción
negativa, evitaremos que nuestro cerebro altere todo nuestro sistema nervioso y
probablemente cometeremos menos equivocaciones a la hora de afrontar cualquier
situación. Es lo que llamamos control emocional.
Resumiendo: Saber
manejar nuestras emociones es muy positivo y conveniente para nosotros y los
que nos rodean. Esta habilidad aumentará la atención, la motivación, la
creatividad, la responsabilidad, la concentración, la empatía, etc. Seremos
menos impulsivos al tener mayor autocontrol, mejorará nuestra capacidad para
resolver conflictos en una relación, siendo más comunicativos, sociales y
considerados con los demás al tener una mayor capacidad de escucha. Todo son
ventajas, si desarrollamos este potencial, disfrutaremos mucho más de la vida.
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