La Perfección


 La búsqueda de la perfección es una de las maneras más eficaces de amargarnos la vida y de no hacer las cosas bien. La obsesión por lo “perfecto” puede ser muy perjudicial, esta obsesión es propia de personas con muy poca personalidad que se deja llevar por las expectativas poco realistas que vemos en la sociedad actual. Esa falta de personalidad es la principal culpable de la infelicidad de mucha gente, ya que sienten insatisfacción en casi todo lo que hacen, sus gustos están basados en los gustos de los demás, tienen más miedo a equivocarse y suelen enfadarse a menudo con ellos mismos por no llegar a esa supuesta perfección.

 Por norma general, los perfeccionistas son personas que se preocupan más por la apariencia que por su propia felicidad (suelen aparentar lo que no son). Aunque aparenten estar seguros de sí mismos, en realidad se sienten más deprimidos y con más baja autoestima que los que, por otro lado, no le dan tanta importancia a la perfección. El perfeccionista depende del reconocimiento y la aprobación de los demás para sentirse bien; esto hace que se sienta mentalmente inestable y perdido. Sus expectativas personales sobre la perfección le amargarán la vida, ya que aparte de ser irreales, también son engañosas.

 Vivimos rodeados por un océano de posibilidades, mucha gente se decanta por intentar elegir sólo lo mejor, lo más perfecto según ellos. Con esto sólo consiguen torturarse a ellos mismos. Lo ideal para sentirte bien con lo que hagas o elijas es simplemente sentirte satisfecho, no buscar lo mejor ni lo más perfecto, sino lo que sea suficientemente bueno para ti sin la necesidad de tener que estudiar toda la infinidad de opciones que haya. Se trata de elegir la opción que cumpla con tus requisitos, nada más. Generalmente, los perfeccionistas elijen y al momento se arrepienten de su decisión, sienten que no han elegido lo mejor, lo que hace que se sientan insatisfechos e infelices.


 Hay que tener presente que no se puede hacer todo bien, que nadie puede ganar siempre, que no se puede caer bien a todo el mundo, que no somos más ni mejor que nadie, que no somos perfectos… Que nada ni nadie es perfecto. Lo “perfecto” es enemigo de lo bueno, si vas por la vida buscando esa perfección, te perderás las cosas que realmente te harán sentir bien. Para sentirnos felices debemos buscar el desarrollo personal, no la perfección. Si dedicas más esfuerzo en tu vida a las cosas que realmente te llenan, poco a poco lo bueno le irá ganando terreno a lo “perfecto”.
“Viviríamos mejor si bajáramos las expectativas sobre el resultado de nuestras decisiones”             Barry Schwartz

 
 
 

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