Mejora Tu Autoestima

 
 La autoestima es ese conjunto de pensamientos y sentimientos que tenemos acerca de nosotros mismos. Es la confianza y el respeto que tenemos hacia nuestra propia persona. Al desarrollar la autoestima, aumentará nuestra capacidad de ser felices y veremos la vida con más optimismo. La mayoría de las ideas respecto a nosotros mismos las hemos aprendido de los demás, pero en realidad, solo tú tienes el derecho a construirte la visión de ti mismo.

 La autoestima es la clave para comprendernos y comprender a los demás, y la clave del éxito o el fracaso, porque aunque no lo parezca, la manera en que nos vemos a nosotros mismos, influye en todas nuestras experiencias. Las respuestas de nuestras experiencias dependerán siempre de quién y qué pensamos que somos. Teniendo una alta autoestima comprenderemos y superaremos mejor las situaciones en la vida, nos sentiremos capaces de todo, valiosos. Y por otro lado, teniendo una baja autoestima nos sentiremos inseguros e inútiles y actuaremos casi siempre de manera equivocada.

  Todos somos capaces de desarrollar una alta autoestima y a todos nos interesa. Cuanto más alta sea, más creativos seremos, más alegría experimentaremos en nuestra vida, no nos sentiremos asustados ni extraños en este mundo, nos sentiremos felices de vivir en nuestros cuerpos, etc. La verdadera naturaleza de la autoestima no es competitiva ni comparativa, es solo una mente que confía en sí misma, por lo tanto, nadie puede generar esta experiencia salvo uno mismo. Cultivándola día a día, responderemos de manera activa y positiva a las oportunidades que se nos presenten.

 Debemos tener claro que la soberbia, la prepotencia o la arrogancia, entre otros, no son síntomas de tener una alta autoestima. La verdadera autoestima no se expresa por el afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para sentirte tú mejor, no está en guerra ni consigo misma ni con los demás.
 
Tener una sana autoestima es creer que nadie es más que nadie, es creer que tú, como ser humano, eres tan valioso como cualquier otro. Mantener una sana autoestima solo está en nuestras manos, cambiando nuestra manera de pensar y de sentir respecto a nosotros mismos.
 
 
 
 

Inteligencia Emocional


 Uno de los problemas que más afecta a nuestra sociedad es la carencia emocional. Esta carencia es la raíz de toda la violencia que vemos a nuestro alrededor, nos hemos olvidado de los sentimientos y las emociones. Saber controlar nuestras emociones nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento sin necesidad de llegar a discutir o pelearse, tendremos un mejor control del estrés y nos aportará pensamientos más positivos. Evitaremos esa ansiedad social.

 Las emociones pueden hacer que disfrutemos más de la vida, pero también pueden hundirnos en el más profundo vacío. No se trata de tener solo emociones tranquilas, sino de saber manejarlas para favorecer nuestro desarrollo personal. La felicidad, la vergüenza o la culpa, entre otras, son emociones que no se pueden eliminar de nuestro cuerpo, forman parte de nuestra biología, pero es mucho más cómodo y placentero si aprendemos a controlarlas. Por ejemplo, la mejor manera de contrarrestar una emoción negativa es tener una emoción positiva aún más fuerte.

 Nuestras emociones nos ayudan a decidir y a convivir, por eso es tan importante no quedarnos atrapados en ellas. Cuando somos víctimas de las emociones, también pasamos a ser víctimas de los demás. Por tanto, si identificamos cualquier emoción desde el primer momento, conseguiremos dominarla, y de esta manera, si es una emoción negativa, evitaremos que nuestro cerebro altere todo nuestro sistema nervioso y probablemente cometeremos menos equivocaciones a la hora de afrontar cualquier situación. Es lo que llamamos control emocional.
 

 Resumiendo: Saber manejar nuestras emociones es muy positivo y conveniente para nosotros y los que nos rodean. Esta habilidad aumentará la atención, la motivación, la creatividad, la responsabilidad, la concentración, la empatía, etc. Seremos menos impulsivos al tener mayor autocontrol, mejorará nuestra capacidad para resolver conflictos en una relación, siendo más comunicativos, sociales y considerados con los demás al tener una mayor capacidad de escucha. Todo son ventajas, si desarrollamos este potencial, disfrutaremos mucho más de la vida.
 
 

La Depresión

 
 Caemos en depresión cuando una emoción negativa dura mucho tiempo y a veces dura tanto que se transforma en enfermedad. La depresión es una enfermedad que puede llegar a cambiar la anatomía de nuestro cuerpo, afecta a todos nuestros órganos vitales. Se caracteriza por una profunda tristeza, lentitud de pensamiento y confusión mental. La persona deprimida se vuelve más vulnerable a los factores externos, su recuperación es lenta y puede volver a recaer fácilmente si se deja llevar por su mente en lugar de intentar controlarla.
 

 Según un estudio realizado, la depresión es un 30 o un 40 por ciento hereditaria y el otro 60 o 70 por ciento es debido al entorno. Los artífices de la depresión son el estrés y la ansiedad crónica, ya que las células muertas a causa del estrés no se regeneran. Tener una actitud mental positiva y no quedarnos atrapados en las emociones negativas es fundamental para evitar estos síntomas. Es la mente la que crea, domina y utiliza las emociones y los sentimientos, de ahí la importancia de intentar controlarla.
 
 
 Por supuesto que hay medicamentos que ayudan a calmar los efectos de la depresión, pero también hay formas más sanas de combatirla o de poder evitarla. Reír es la mejor terapia contra la depresión, pero el amor también salva a mucha gente de esta enfermedad mental, es una forma de bienestar para muchos de nosotros y resulta muy protector porque nos ayuda a sobreponernos. Si tenemos aficiones y amamos lo que nos rodea como la naturaleza, la música, el arte, la pintura, el cine, los amigos, viajar, etc… la depresión no cabe en nuestra mente.
 
 
 El principal síntoma de la depresión es la incapacidad de disfrutar y alcanzar placer en lo que hacemos, cuando en otros momentos si éramos capaces. La persona depresiva siempre tiene malos pensamientos, la manera de sentir y pensar es la base para no caer en depresión. La música, por ejemplo, es la manera más rápida y fácil de sentir alegría y bienestar en nuestro cuerpo, una buena canción enseguida nos cambia el estado de ánimo. Somos sensibles a la música, e incluso en el cerebro más dañado, la música es lo último que se pierde.

 Evitar caer en depresión es uno de nuestros principales objetivos. Es un tema muy serio, ya que esta enfermedad provoca casi mil suicidios diarios en todo el mundo, además afecta a millones de personas y las cifras aumentan cada año. Evita la negatividad y el pesimismo, tus defensas bajan cuando estás deprimido. Cambia las creencias negativas que aparecen cuando empiezas a sentirte depresivo por creencias más positivas, ríe, evita el estrés y sobre todo, disfruta de tus aficiones todo lo posible. De esta manera, caer en la depresión no será tu problema.

 
 
 

 
 

La Ley de la Atracción

 
 Todo lo que vivimos en el interior se refleja en el exterior. La ley de la atracción es básicamente eso, atraemos  lo que pensamos. Esta ley muy pocas veces se equivoca, si tenemos pensamientos de amor, de felicidad o de alegría, eso será lo que transmitiremos al exterior, por tanto, será lo que recibiremos del exterior también. Y por el contrario, si mantenemos pensamientos negativos, de odio o de maldad, es lo que transmitiremos al exterior y será lo que recibiremos igualmente. Según esta ley, si cambias tu manera de pensar, cambiarás tu manera de vivir.

 Si te paras a mirar a tu alrededor, enseguida te darás cuenta de las personas que son optimistas y de las que son pesimistas, aunque no las conozcas a fondo, transmiten vibraciones positivas o negativas. Por eso nos sentimos tan bien con las personas optimistas y nos alejamos de las personas pesimistas que trasmiten vibraciones negativas. Por norma general nos sentimos atraídos y atraemos lo semejante a nosotros

 Las personas de buen corazón y buenos pensamientos se atraen entre sí, y las personas malvadas y de malos pensamientos también se atraen entre ellas. Inconscientemente la gente optimista evita a la gente pesimista porque notan como bajan sus vibraciones positivas, y se contaminan de vibraciones negativas. La conclusión es que atraemos a la gente parecida a nosotros y nosotros nos sentimos atraídos por ellos. Es la ley de la atracción en acción.
 

 El pensamiento lo domina todo, cambiar tu pensamiento es cambiarte a ti mismo. Algunos pueden pensar que son demasiado mayores para cambiar, pero no es cierto, siempre podemos elegir. La edad o el entorno no deben impedirte pensar de manera más positiva. Transformando nuestro pensamiento cambiaremos nuestras vibraciones para conformarlas a la ley de la atracción y conseguiremos el resultado esperado. Recuerda: Todo lo que se vive en el interior se refleja en el exterior.
 
 
 

 

El Karma

 
 El karma es la ley espiritual de las causas y los efectos. Mucha gente cree que la vida está regida por el karma. Según esta ley, hemos venido a este mundo a aprender a amar, a tolerar, a aceptar y a ser compasivos, y nuestra recompensa estará basada en las acciones de nuestra vida. El buen karma depende de la pureza de las intenciones, esto quiere decir que al hacer un buen acto no hay que pensar que nos lo deben de agradecer de alguna manera, sino que lo haremos de corazón sin pedir nada a cambio.
 
 El que ama es amado, el que ayuda es ayudado, el que critica es criticado y el que daña recibe lo que ha causado (dolor). Todo lo positivo y lo negativo nos vuelve multiplicado. Requiere el mismo esfuerzo amar que odiar, pero cambia el resultado; amar nos sana y eleva, y odiar nos anula y destruye. Quien hace el bien incondicionalmente conoce la dicha. El amor que no des en esta vida es el sufrimiento que te esperará más adelante.
 
 El karma es como una pelota, que cuando la arrojas a la pared, siempre rebota. Nadie escapa de sí mismo, fuera de ti no hay refugio; todo lo que le causemos a otra persona o ser vivo volverá a ti mismo. No solo la acción física genera un karma, también lo hacen los pensamientos, por eso es tan maravilloso poder pensar antes de actuar. Sabiendo esto, podemos decir que la única salida para tener un buen karma es pensar bien y hacer el bien siempre.
 
 
 Ya que siempre recibiremos la repercusión de nuestras acciones, tenemos la obligación de ser los maestros de nuestra propia vida. Cada uno es responsable de lo que le sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy es el resultado de tus decisiones y elecciones en el pasado, lo que seas mañana será consecuencia de tus actos de hoy. Nadie escapa a la ley de causa y efecto, lo que sembremos será lo que cosechemos; somos responsables de cada pensamiento, palabra y acción. Aquí y ahora podemos decidir a comenzar a hacer el bien.