Desde la infancia, la
sociedad nos ha hecho creer siempre que cuanto más cosas tengamos, mejor nos
sentiremos. Nos educan en un sistema competitivo que dice que el que más
consiga, será el que acabe triunfando. Pero la verdad es que lo importante no
es tener más, sino ser más, ser más en conocimiento, ser más generoso, ser más
bondadoso… En definitiva, ser más en virtudes. Si nos esforzamos en ser más,
poco a poco, éste esfuerzo se convertirá en una actitud personal y será lo que
verdaderamente nos llenará.
“Incluso teniendo cubiertas nuestras necesidades materiales, muchos nos
sentimos perdidos y sin esperanza” Fred Alan Wolf
La sociedad quiere
que consumamos no que seamos felices, pero las personas quieren ser felices,
entonces la sociedad convence a las personas de que el consumo les dará
felicidad. Estas empresas no nos ven como personas, sino como consumidores, no
tienen ningún interés en que despertemos de nuestro falso sueño. Al final
muchos acabamos pensando que seremos más felices si consumimos más, no paramos
de comprar cosas inútiles y pronto nos damos cuenta de que no nos llenan. Esto
es una cadena en la que solo se benefician las empresas, está demostrado que el
consumo sin límites no proporciona felicidad.
Tenemos más opciones
y más posibilidades que nunca en donde elegir, pero no por eso vamos a ser más
felices. Si nuestro nivel de conciencia no es elevado, no podremos elegir correctamente.
Las decisiones que tomemos en el presente tendrán una clara repercusión más
adelante, por eso es tan importante que elijamos conscientemente, con
seguridad, y reflexionando, prestando mucha atención a nuestra intuición.
Cuando descubrimos que nuestras elecciones son correctas, empezamos a confiar
en nosotros mismos y a atender a nuestro interior a la hora de seguir tomando
decisiones. De esta manera, muy pocas veces nos equivocaremos.
“La palabra elección será un fraude mientras la gente sólo elija lo que
le han enseñado a elegir”
Idries Shah
Con el dinero pasa lo
mismo, no por tener más dinero vas a ser más feliz. Todos pensamos que si nos
tocase la lotería, la vida sería mucho mejor. Pero aunque así ocurriese, la
mayoría de veces volveríamos a nuestro estado emocional y a nuestro nivel de
conciencia en muy poco tiempo.
Podemos pensar lo contrario pero la realidad es
que da igual como sea el impacto psicológico de un premio económico, ya que
siempre será menor y menos duradero de lo que imaginamos. El cómo somos y cómo
pensamos prevalecerá siempre, siempre volveremos a nuestro estado emocional
común, el dinero no importará y solo puede hacernos más egoístas.
“Una de las maldiciones de la riqueza es que decepciona, ya que no
proporciona lo que se esperaba” Eduard Punset
El dinero puede
comprar la felicidad cuando te permite pasar de la pobreza extrema a un estatus
de clase media, pero no compra la felicidad cuando te permite pasar de la clase
media a la clase alta y altera tu estado emocional y tu nivel de conciencia. El
secreto del bienestar está en el equilibrio, todo lo que necesitas para ser
feliz está dentro de ti, no en el exterior.
Ten en cuenta que la felicidad es
sólo una emoción, y como tal, tiene altibajos y se produce en determinadas
situaciones. Cuando la sientas disfrútala, este estado de placentera alegría es
transitorio y la mejor manera para conseguir sentirla cada vez más es
cultivando nuestra mente y por supuesto nuestras necesidades.... Como ya sabes: No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita.
Epicuro