Quizá sea lo que más
influya en nosotros, cuando se juntan dos o más personas pueden surgir
conflictos, pues todos somos diferentes
y estamos condicionados por nuestras vivencias, educación, familia y otros muchos
factores. Deberíamos intentar
solucionarlos de forma correcta, sin discusiones, ni palabras fuera de lugar;
en ocasiones es difícil porque nos dejamos llevar por el nerviosismo, la ira,
los celos, el resentimiento, la envidia, etc. Debemos aprender a pensar antes
de reaccionar, estudiando porque se ha producido el conflicto e intentándolo
solucionar de la mejor forma.
Saber conversar muy
importante, tener buenos y variados temas de conversación no es fácil, seguro
que te ha pasado más de una vez que quedas con gente y siempre te habla de lo
mismo (Temas aburridos), otras se dedican a criticar a los demás ( la persona
que habla de otras a sus espaldas y las
critica también hablará de ti), o gente
negativa que solo sabe hablar de que todo va mal. Al final te vas distanciando
de esas personas amargadas e
intolerantes porque te aburren, te producen dolor de cabeza o te hacen sentir mal.
Rodearse de gente
positiva y tolerante es fundamental para que tú te sientas mejor, pero
desgraciadamente, estamos rodeados de gente que habla más de la cuenta sin
tener en cuenta los pensamientos y sentimientos de los demás. Por otro lado,
hay que estar agradecido a que existan este tipo de personas porque ellas, en
parte, también son responsables del crecimiento de tu inteligencia emocional,
las observas y aprendes como no hay que ser con la gente que te rodea. Por
suerte tenemos la libertad de elegir a nuestras amistades. Podemos elegir rodearnos de personas que nos hagan sentir bien.
Todos podemos tener
un mal día o una mala racha, seguro que nuestras conversaciones en esos
momentos son más negativas, pero no debe ser lo habitual si no queremos que la
gente se aburra de nosotros y deje de escucharnos. Hay dos temas que no es aconsejable hablar de ellos: La religión y la política (Aquí se puede incluir el fútbol), y es que la mayoría de la gente es de ideas fijas, estas mentes cerradas que se identifican con alguna religión o sistema político pueden llegar a molestarse si oyen otras opiniones. Por lo que nuestra actitud con nuestras
amistades debe ser más divertida y desinteresada.
Cuando nos vemos
obligados a acudir a sitios o eventos que no son de nuestro agrado, puede que
muchas veces tú estés en ese sitio y tu mente esté en otra parte porque no te
lo estás pasando bien, porque no estás a gusto, porque no te gusta esa gente,
etc. Entonces tienes dos opciones: agobiarte o bien aceptar el momento presente
y sacar algo positivo de esa experiencia independientemente de lo que pase a tu
alrededor, no olvides que siempre se puede sacar algo positivo de cualquier
experiencia.
La amistad que no es
desinteresada, sencillamente, no es amistad. La verdadera amistad es algo más
que un intercambio de convivencias, es una cualidad tanto o más profunda que el
amor de pareja; lo que hace muy difícil encontrar a un buen amigo. Si no tienes
amigos o los que tienes no te inspiran confianza, es muy probable que debas
replantearte algunas cosas, ya que uno suele rodearse de elementos afines.
Recuerda que las tres claves de la amistad son: Alegrarse sinceramente de los éxitos de los amigos, cerrar la puerta a
la envidia y buscar o esperar lo mejor para ellos.
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