...Quiénes Somos?


 El ser humano siempre se ha buscado a sí mismo, nunca ha sabido quien es. Desde el momento en que nace empieza a surgir una gran búsqueda en lo más profundo de cada uno. Muchas personas reprimen esa búsqueda, otras la desvían, y otras la sustituyen por otras búsquedas; pero lo cierto es que no podemos eliminarla, ya que forma parte de la naturaleza humana. Tarde o temprano todos nos preguntamos quiénes somos, y hasta que no lo resolvemos, seguimos buscando. Por una parte esto parece ser una desgracia, nuestra desdicha. Pero por otra parte es nuestra grandeza.

 ¿Quién soy yo?, cuando te hagas esa pregunta, no hagas nada; no vayas a ningún sitio a buscar  y no empieces a creer en alguna respuesta. Simplemente quédate con la pregunta. Cuesta un poco de trabajo quedarse con esa pregunta y no buscar una respuesta, pero es que la mente es muy astuta y puede proporcionarte una respuesta falsa, puede consolarte o darte algo a lo que aferrarte, entonces la pregunta no será respondida sino suprimida. La clave está en seguir creyendo en la respuesta, y así la pregunta permanecerá en lo profundo de tu ser como un gran misterio.


 Una pregunta puede ser resuelta intelectualmente, pero una búsqueda ha de resolverse existencialmente. Pero hay 999 formas de equivocarse y sólo una forma de acertar, así que la búsqueda esta llena de riesgos. Es muy complicado que lo consigas, pero hasta que no lo consigas seguirás experimentando agonía y confusión. Aun así merece la pena el esfuerzo porque sin conocerte a ti mismo no conocerás la alegría, sin conocerte a ti mismo no conocerás la auténtica felicidad. Para ello hace falta superarse a uno mismo, hace falta ir más allá de uno mismo.

 ¿Quién soy yo?, esta pregunta debe vibrar en tu interior, tiene que convertirse en un signo de interrogación en tu alma. La respuesta no la recibirás en palabras, tampoco serás capaz de decírsela a nadie, ya que si puedes decírsela a alguien no es la respuesta. Y es que cuando la respuesta llega a ti es tan existencial que es inexpresable, porque la naturaleza de esa pregunta es tal que no puede ser resuelta. Quédate con la pregunta y no esperes ninguna respuesta, y algún día descubrirás que tú estas ahí y que la pregunta ya no está. Descubrirás que TÚ eres la respuesta, porque como dijo José Saramago: "Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos"
 
 

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