El Arte de Amar


 El amor se ha transformado en la existencia de los sentidos, en pura pasión. La pasión es la parte superficial del amor, que es necesaria pero no suficiente, porque la verdadera esencia del amor es la abnegación; es decir, el sacrificio que una persona hace por algo o alguien renunciando voluntariamente a pasiones, deseos o intereses propios. Y es que el amor no sólo es una relación, sino que es un estado del yo (una actitud).

 No importa la madurez alcanzada por una persona, ya que amar no es fácil para nadie. Cualquier intención de amar está destinada a fracasar si antes no se ha desarrollado la personalidad total; se necesita haber logrado la capacidad de amar al prójimo,  ser humilde, valiente, disciplinado y confiar en sí mismo y en la otra persona. Actualmente son pocas las personas que desarrollan estas cualidades, por lo que cada vez son menos las personas capaces de amar de verdad.

 El amor no sólo se trata de esa agradable sensación que nos hace sentir como si flotásemos en una nube; tampoco es cuestión de suerte, sino que es algo mucho más difícil. Amar es esfuerzo, conocimiento y comprensión. Amarse a uno mismo es la condición necesaria para poder amar a otras personas, y esto no significa que seas egoísta; ser egoísta es ser esclavo de tu propio ego.

 El verdadero amor hace sentir a las personas dichosas; es más, cuando una persona está enamorada cambia su percepción y se enamora también de todo lo que le rodea, de los árboles, de los pájaros, de toda la naturaleza y de la gente que le rodea, y es que el amor abre las puertas para amar a toda la creación.


 El amor, como cualquier arte (como la pintura o la música), hay que aprenderlo y conocerlo para dominarlo. El problema es que la mayoría de gente está dispuesta a aprender cualquier arte para obtener beneficios materiales, pero no tanto para aprender el arte de amar que en principio sólo beneficia al alma.

 El ser humano a veces se enamora y se vuelve posesivo y celoso, tratando a la persona que dice amar como un objeto, perdiéndole el respeto y quitándole la libertad. Pero el amor nunca debe incluir deseos de posesión, celos ni apegos; el verdadero amor disfruta el día de hoy y no deja que los cambios inesperados le afecten. El amor posesivo pierde su espíritu y acaba muriendo muy temprano porque el amor es libertad.

 También es inútil empeñarse en ser bello/a para ser amado/a, ya que el amor es ciego. La única belleza que existe es la natural; sólo en la belleza natural hay alegría, agradecimiento y aceptación. Ten en cuenta que la naturaleza es más bella cuanto menos cultivada es, pero el ser humano no escucha y sigue en su empeño de parecer bello ignorando que todo lo artificial, lejos de embellecer, afea. Además, la belleza artificial es efímera, no es real; por lo tanto, un amor basado en ella tampoco es real, así que tarde o temprano también acabará muriendo.

 Toda la maldad que tiene el ser humano proviene de la falta de amor, porque ni el cuerpo sobrevive sin alimento ni el alma sin amor. Para ser feliz en el amor hay que ser inteligente y plenamente consciente y sabio, así la mente dejará de producir problemas imaginarios. También debemos volvernos más receptivos, sensibles, cariñosos y dejar de pensar sólo en uno mismo.

 El amor tampoco se debe utilizar como medio para un fin (como por ejemplo el sexo), sino como fin en sí mismo. Todos deseamos ser amados pero muy pocos creemos en nuestra propia capacidad de amar, parece que seguimos sin saber que hay una gran diferencia entre enamorarse y permanecer enamorado.


Amar de verdad es cuando se logra una relación que signifique una unión interpersonal, no conformista ni rutinaria, preservando cada uno su propia identidad y siendo dos personas que se convierten en una pero que al mismo tiempo siguen siendo dos.


La Sabiduría


 La fórmula mágica de la felicidad no existe, ya que cada persona es feliz a su manera y tiene que confeccionarse la felicidad a su medida, lo que si es cierto es que esa felicidad está hecha de sabiduría y bondad. Está demostrado que no hay verdadera felicidad sin esa sabiduría esencial y sin esos conocimientos que aplicamos con mayor o menor acierto en nuestra vida cotidiana, ya que son los que nos llevan a tener tantos momentos gratificantes, de plenitud y de gozo.

 
 
 La felicidad es un mecanismo bioquímico que se activa en el cerebro mediante los neurotransmisores del bienestar, y nuestro fin es activar esos neurotransmisores con conocimiento y sabiduría en la vida que nos ha tocado vivir. (Siempre ha sido así).
 
 Sabiduría es vivir plenamente cada instante, es tener una mente reprogramada para vivir tu existencia en el mundo como un regalo y como una oportunidad única. Es darse cuenta de que debemos estar al mando de nuestra propia vida y que nadie puede hacerlo por nosotros, es tener los pies en la tierra y buscar soluciones ante la adversidad, fomentar al máximo nuestros pensamientos, sentimientos o actitudes positivas, ser conscientes, humildes y agradecidos, es cultivar el buen humor y el amor, no sufrir inútilmente, hacer el bien y sobre todo tener un ‘porqué’ y un ‘para qué’ que motive nuestra vida. En definitiva, vivir en plenitud. Como dijo el filósofo griego Aristóteles: “Bastarse a sí mismo es una forma de felicidad”.

 La sabiduría se adquiere viviendo y cometiendo errores, ya que muchas veces es el sufrimiento que ocasionan los cambios indeseados o incorrectos lo que nos hace sabios. La persona sabia no se emociona demasiado con los éxitos y tampoco le afectan mucho los fracasos porque no cree en ninguna de las dos circunstancias por separado, sino en ambas como dos opuestos necesarios para crecer.

 La persona sabia también tiene la capacidad de poder distinguir lo importante de lo intrascendente y de poder ser feliz disfrutando de lo que tiene (aunque sea poco). Además sabe que la realidad está llena de ilusiones pasajeras que despiertan el interés de la mayoría, pero que cuando se materializan hacen desaparecer el entusiasmo por ellas.

 Las personas sabias son tranquilas, se toman su tiempo y no pierden los nervios en situaciones críticas. Tampoco compiten porque consideran a todos como iguales (diferentes pero iguales). No se preocupan mucho por su aspecto porque lo llevan puesto y no lo consideran un valor agregado, saben que la apariencia es una pérdida inútil de energía y de tiempo (que no es real). Además se ocupan de las cosas del presente y sólo se acuerdan del pasado para no cometer dos veces los mismos errores.

 Sabiduría significa capacidad de empatía, de tener compasión y de dar sin esperar nada a cambio, ser estable emocionalmente y tomar decisiones coherentes. Significa conocerse a sí mismo, tener la virtud de la paciencia y ser siempre tolerante hacia los valores de los demás.


La Rutina


 Generalmente todos nos quejamos de la rutina y siempre estamos buscando la forma de evitarla porque nos da la sensación de no estar vivos. Y en parte es verdad, ya que una rutina es una costumbre arraigada o un hábito adquirido por estar haciendo siempre lo mismo y que permite hacer las cosas sin pensarlas, es un automatismo que podemos hacer mientras estamos pensando en otra cosa.


 Es cierto que algunas rutinas son necesarias para lo cotidiano, pero a veces también nos impiden ser conscientes del momento presente y disfrutar de la vida. Aun así son muchas las personas que se niegan a cambiar su rutina porque les resulta incómodo tener que prestar atención a todo lo que hacen.

 El poder valernos de los automatismos hace que muchas personas extiendan esa actividad a todos los ámbitos de su existencia porque supuestamente lo ven más cómodo, hacen todas sus funciones de la misma manera y de la mejor forma, como una máquina. Puede que tengan esa manera de hacer las cosas así  por una cuestión de tiempo, ya que resulta más rápido con la rutina que tener que pensar cada uno de sus movimientos y cada una de sus palabras ante una situación; pero ignoran completamente que como seres humanos ya están muertos.


 La gente que lo hace todo de forma automática no se dan cuenta de lo desagradable, aburrida o dañina que es la rutina para ellos. Ignoran que la vida ha de ser vivida, no programada.

 La rutina también es el enemigo número uno de la felicidad de cualquier pareja, desgasta las relaciones amorosas y llegan a convertirse en previsibles o mecánicas perdiendo todo el encanto y la magia. Y es que si una pareja no vence su propia rutina, los dos llegan a creer que el amor se termina. Una relación sin sorpresas, sin cambios, acostumbrada a un orden de actividades específicas y sin un poquito de aventura está condenada al fracaso.
 
 Una relación debe dejar la rutina a un lado, no como una obligación sino como modo de vida. Cada uno debe tener sus inquietudes y proyectos propios, pero lo mejor es realizar actividades en común; de esta manera será difícil que se pierda la alegría y persistirá el amor, ya que por norma general una pareja sobrevive sólo si existen cambios y momentos felices.

 Nuestro cuerpo es rutinario, adora la rutina de los hábitos que le permiten funcionar con el menor esfuerzo posible. El problema es que cuando uno se halla habituado a una monotonía pocas veces apetece ningún género de distracción, y entonces esa es la principal característica de la rutina: la ausencia de cambios. Para anular la rutina simplemente se trata de cambiar algo.

 No es necesario pretender desterrar la rutina totalmente de nuestra vida, sino que como todo requiere que seamos selectivos y utilicemos los automatismos sólo para lo estrictamente necesario tratando de prestar más atención y así no vivir todas nuestras experiencias funcionando con el ‘piloto automático’. La rutina es lo que nos queda cuando las pasiones son eliminadas, y cuando la rutina agobia es la señal de la conciencia que indica que hay que empezar a ser más creativos con lo cotidiano. El hombre es un animal de costumbres, pero no hay que olvidar que la costumbre mata al hombre.
 
 

El Respeto


 El respeto por las otras personas debería ser prioritario sobre cualquier otra cosa. Pero mirando la historia parece que nunca haya sido así. Incluso a estas alturas de nuestra evolución sigue habiendo muchas personas que no respetan a nadie, ni siquiera ellas mismas. El respeto abarca la forma en que nos comportamos con todos los demás seres humanos, abarca los valores y los sentimientos humanos; es el principio más importante de todos y es fundamental para una evolución positiva, ya que no tiene sentido ser positivo si no se tiene una actitud positiva hacia los demás. Y es que no sirve de mucho respetar los valores humanos y después no respetar a las personas.

 Una evolución que se olvida de las personas no es una evolución, sino una regresión (un paso hacia atrás). No existe mejor definición de civilización que el respeto por los demás, y aunque nuestra enferma sociedad actual se empeñe en tratar a las personas de mala manera, debemos contribuir a ‘sanarla’ aunque nuestro aporte sea muy pequeño, ya que los grandes efectos se logran cuando se acumulan las pequeñas contribuciones. Recuerda que el respeto y los valores humanos van de la mano, y de alguna manera también van ligados a la felicidad. De hecho, está demostrado que una persona que no se respeta a sí misma ni a las demás no puede ser feliz, ni a su manera ni de ninguna otra.

 Existen muchas personas que únicamente quieren contribuir a su propio bienestar, son personas que engañan y explotan a las demás sin el menor remordimiento. El problema es que a este tipo de personas machistas, egoístas, rapiñeras y sin escrúpulos se las considera ‘triunfadoras’ cuando en realidad son las verdaderas cucarachas de nuestra sociedad. No quiere decir que no haya que respetar a estas personas, ya que todo el mundo necesita el respeto de los demás en cierto grado; es más, si eres amable con este tipo de personas no significa que seas hipócrita, significa que tienes la suficiente madurez como para tolerar su personalidad.

 En definitiva, la falta de respeto impide tener una vida plena. Además, sólo se puede ser libre si se respeta la libertad de las demás personas. Así pues, si lo que queremos es ser felices y mejor personas debemos dejar nuestro orgullo a un lado y aprender a respetarnos los unos a los otros. Puede que no te guste la personalidad de alguien, pero como persona hay que respetarla siempre. Es difícil respetar a las personas intolerantes, pero nuestro deber es intentarlo porque esto es como una rueda: La falta de respeto provoca más falta de respeto y la intolerancia provoca más intolerancia. Simplemente debemos tratar a los demás como a uno le gustaría que lo tratasen. (Respeta y te respetarán).

Mantenimiento Cerebral


 El cerebro llega a la edad madura a los 30 años, y a partir de ahí empieza a envejecer. Para retrasar este envejecimiento y evitar o posponer enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la demencia senil existen unos consejos básicos que practicados con frecuencia pueden mantener nuestro cerebro lúcido y saludable hasta el final de nuestra vida. Hay que resaltar que la música es sin duda uno de los factores que más beneficia a nuestro cerebro.



 La falta de ejercicio lleva a la pérdida de masa muscular, de fuerza física y de ánimo. Pues con el cerebro pasa exactamente lo mismo; si no se ejercita pierde neuronas y conexiones, pierde capacidades y flexibilidad para reaccionar su entorno. Esos 12 consejos para su mantenimiento son los siguientes:

 -1º COMER MENOS: Comer más de lo que necesitamos perjudica a nuestro cerebro, hace que se oxide más rápidamente. Menos comida favorece la producción y reparación de las neuronas.
-2º PRACTICAR DEPORTE: Al realizar deporte de forma regular ayudamos a nuestro cerebro a potenciar la conexión entre neuronas, que es la clave del aprendizaje y la memoria.
-3º EJERCICIO MENTAL: Debemos estimular la mente con retos, como por ejemplo aprender un idioma nuevo; esto requiere esfuerzo pero le provoca mucho placer al cerebro.
-4º VIAJAR MUCHO: Viajar requiere aprender, memorizar o adquirir percepciones y memorias nuevas. La rutina es nociva para nuestro cerebro y viajar le proporciona un cúmulo de emociones beneficiosas.

-5º VIVIR ACOMPAÑADO: Una buena salud mental depende en parte de tener buenas relaciones con los demás. Sin duda quien tiene pareja o amigos se adapta mejor a los cambios.
-6º ADAPTARSE A LOS CAMBIOS: Adaptarse es asumir los tiempos que corren. Si nos aislamos y decimos que ya es tarde para hacer algo sólo conseguimos anular nuestro potencial.
-7º EVITAR EL ESTRÉS: El estrés crónico tiene muchas consecuencias dañinas en nuestro organismo y en especial en nuestro cerebro. Una manera de contrarrestarlo es practicar deporte.

-8º NO FUMAR: Este hábito puede provocar infartos cerebrales y disminuir las funciones mentales. La nicotina produce una reducción de la memoria y mata nuestras neuronas.


-9º DORMIR BIEN: Normalmente necesitamos entre 7 u 8 horas de sueño por la noche para que nuestro cerebro pueda borrar aquella información innecesaria y reparar los tejidos dañados.
-10º EVITAR EL APAGÓN EMOCIONAL: Debemos mantener viva la ilusión, la motivación y la ilusión, porque es lo que nos empuja a seguir adelante y el motor que nos hace estar vivos.

-11º EL AGRADECIMIENTO: Agradecer es uno de los gestos humanos más bellos que poseemos. Por ejemplo agradecer la vejez libera a nuestro cerebro de tensión y angustias.
-12º DISFRUTAR DE LAS PEQUEÑAS COSAS: Es un privilegio tener la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas igual o más que con las grandes. Al cerebro no le hace falta crearse necesidades para conseguirlas y también son las que verdaderamente nos harán felices.